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La torre CN, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, no necesita presentación. En toda foto de Toronto que se respete aparece este maravilloso edificio que se ha convertido no solo en un icono de la ciudad sino de Canadá. Si visitas Toronto y no subes a lo alto de la torre es como si nunca hubieras estado. Sin embargo, también tengo que admitir que a mí, en lo personal, me tomó varios años visitarla. Todas las personas que me conocen saben que le tengo pánico a las alturas. Muchas veces llegaba hasta la base pero solo mirar hacia arriba me daba vértigo y cambiaba de idea. Si un día puse a un lado mis miedos fue gracias a la visita de nuestros amigos de Montreal, quienes me insistieron y no me pude negar.
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La torre CN comenzó a construirse el 6 de febrero de 1973 y concluyó en junio de 1976. El 2 de abril de 1975 un helicóptero nombrado «Olga» colocó la pieza final de la antena y de esta manera la torre CN se convirtió oficialmente en el edificio más alto del mundo con 553.33 metros. Actualmente es superada, entre otros edificios, por el Burj Khalifa en Dubai y el Tokyo Sky Tree en Japón.
La Torre CN forma parte de las 5 atracciones incluidas en el CityPass. Si no cuentas con este pase puedes comprar la entrada en su sitio oficial. Subir al mirador principal, el LookOut Level, que se encuentra a una altura de 346 m, solo te llevará 58 segundos en uno de sus ascensores de alta velocidad. Para hacer la experiencia más emocionante los ascensores tienen el frente de vidrio, brindando una vista impresionante de la ciudad mientras subes a una velocidad de 22 km por hora. Lo de la vista impresionante me lo contaron, yo estaba de espaldas, con los ojos cerrados y rogándole a las mil vírgenes porque aquello no se cayera. Ya sé, la idea es convencerte de que vale la pena visitarla pero nunca fui buena mintiendo 😊. Salí del elevador con mi esposo agarrándome la mano, mientras me calmaba convenciéndome de que todo iba a estar bien. Y estuvo. Una vez que abrí los ojos me olvidé de todo, incluidos mis miedos. Puedo estar una hora escribiendo, tratando de describir la experiencia, pero es algo que tienes que vivir tú, no dejes que nadie te lo cuente. Yo, que no quería subir, luego no quería irme. Desde esta altura tienes una vista espectacular de la ciudad, el lago Ontario y las Islas de Toronto.
Me parece importante aclarar, porque muchos amigos me han preguntado, que las Cataratas del Niágara no se ven desde la Torre CN. Recuerdo, cuando era niña y vivía en Cuba, que escuchaba a alguien decir las Cataratas del Niágara en Toronto y no podía evitar imaginarme unas cataratas inmensas en el medio de la ciudad. Sin embargo las cataratas se encuentran a una distancia aproximada de 130 km, alrededor de una hora y 15 minutos en auto.
Para hacer la experiencia más alucinante la torre cuenta, en un nivel inferior al del mirador principal y a una altura de 342 m, con un piso de cristal de 23.8 metros cuadrados, construido en 1994. Realmente no entiendo el amor tan grande de los arquitectos de la torre por los cristales 😊. Lo primero que vi cuando llegamos fue a varios niños corriendo y saltando encima. Los miraba, luego miraba a los padres, los volvía a mirar a ellos mientras me preguntaba, ¿por qué?. Es cierto que soporta el equivalente al peso de 35 alces pero no me confio 😊. Un dato curioso, en el nivel del mirador principal instalaron otro piso de vidrio completamente nuevo, directamente sobre el original. Si tener la sensación de estar suspendido en el aire a una altura de 342 metros ya era escalofriante ¿qué me dices de poder hacerlo ahora 4 metros más arriba?.
La torre cuenta además con el Outdoor Observation Level, conocido como Outdoor SkyTerrace. Lo que tiene de diferente este mirador es que aquí no hay cristales así que podrás disfrutar de la ciudad en «efecto 4D», con la brisa golpeando directamente en tu rostro. Personalmente no soy muy amante de este mirador. Entre la inmensa red y los grandes metales que la soportan por cuestiones de seguridad, las vistas de la ciudad no son buenas. Igual, si visitas la torre en invierno no me parecería buena idea salir a «disfrutar» de la ciudad a esa altura y con menos 20 grados celsius, ahí te lo dejo 😊.
Lo que más me gusta de la torre CN es que nunca deja de sorprenderme. Si te parecía suficiente lo que te acabo de contar te adelanto que no es nada comparable con lo que viene ahora. ¿Sabías que además cuenta con el récord de la caminata al aire libre más alta del mundo en un edificio? EdgeWalk es la atracción más emocionante de la Torre CN. En un ambiente super seguro puedes caminar dándole la vuelta a toda la torre caminando sobre una plataforma de 1.5 m de ancho y nada más y nada menos que a una altura de 356 m, el equivalente a un edificio de 116 pisos. Incluso hay parejas que han dicho el sí quiero en esta atracción. No sé ustedes pero si alguien está dispuesto a hacer algo así el día de su boda merece mi respeto, no me imagino otra manera más convincente de demostrar amor 😊. El paquete, que cuesta $195 CAD (más taxes), incluye un video, fotos y un certificado del logro.
Y siguiendo con este enfoque romántico la torre cuenta con el restaurante 360. El nombre tiene que darte una pista de por dónde van los tiros. Exactamente, el restaurante hace una rotación completa cada 72 minutos brindandote una vista siempre cambiante de Toronto. No me imagino un mejor ambiente para tener una cena romántica con tu pareja. Con un menú especial para los más pequeños es también muy visitado por familias con niños, sobre todo en horarios de desayuno y almuerzo.
Si no te apetece visitar el restaurante pero necesitas comer algo ligero no pasa nada, en el mirador principal podrás encontrar varias cafeterías. Incluso cuentan con áreas para sentarse justo al lado de los inmensos cristales. No tendrás el efecto del giro de los 360 grados pero está bien igual, sobre todo si no quieres abusar de tu bolsillo, que siempre es super válido.
Otro lugar que me encanta es la tienda de regalos, con rojo y blanco por doquier. Es un lugar buenísimo si quieres llevarle presentes a tu familia o amigos o si simplemente quieres llevarte un recuerdo para ti. Desde botellas con sirope de maple, magnetos para el refrigerador hasta abrigos con la bandera de Canadá las opciones son infinitas.
Solo he visitado la torre con Beatrice, tengo que repetir de nuevo con Amelia, y me parece que el restaurante 360 puede ser un buen plan para comenzar el día. Espero que tú también te decidas y que puedas disfrutar de esta obra arquitectónica a plenitud. Recuerda que no todos los días tienes la oportunidad de visitar una de las Maravillas del Mundo Moderno.